9.11.2008

Música: Whatever Happens, de Michael jackson

Polémico, excéntrico y controvertido por mil y un temas…¿Qué más da? ¿Acaso ha habido algún genio que no haya reunido esas características?
Michael Jackson, damas y caballeros…



Azhaag

9.06.2008

Artículo: El niño que iba de la mano del diablo

Ya desde pequeñito era considerado raro, tanto por sus coetáneos en estatura como por aquellos que midiendo cincuenta centímetros más que él eran considerados por ellos mismos como los adultos. Sus compañeros veían en él siempre la respuesta a las preguntas que los adultos lanzaban al aire en mitad de la clase, preguntas que en teoría, ningún niño debía conocer. Por lo visto, esos gruesos volúmenes a rebosar de letras quedaban demasiado altos en las estanterías de sus casas, no estaban al alcance de ninguno de ellos. Pero estaba claro que aquel jovencito, o bien tenia una silla sobre la que subirse, o alguien le alcanzaba los libros que descansaban en lo alto de las repisas. En definitiva, era demasiado listo para ser tan bajo. Cuentan que donde más disfrutaba era en aquellas clases donde se podía debatir lo expuesto en ellas. En clase de matemáticas o en lengua no se podía contradecir los axiomas básicos, dos y dos eran cuatro y negro era un adjetivo calificativo, pero había otras clases donde aquel niño podía avasallar a sus profesores, como en religión. Disfrutaba como un enano en clase de religión, ya que tenía ante él a un duro adversario, Doña Teresa. Era un hueso duro de roer, acunada y criada entre crucifijos y estampitas de Fray Leopoldo, la religión corría por sus venas como la sangre o como el veneno de una serpiente, el cual no dudaba en inocular a sus alumnos en grandes dosis de verdad inapelable. Se limitaba a imponer más que a enseñar a dudar. Y aunque suene increíble, esta beata se echaba a temblar cuando le tocaba impartir clase en el aula de 5º C, pues en la última fila la esperaba sentado nuestro amiguito, con su sonrisa de cabroncete, dejando ver uno de sus colmillos como un lobezno con ganas de hincar el diente. Al resto de alumnos le encantaba la situación que se producía día si y día también en clase de religión, cuando Doña Teresa comenzaba la clase, tarde o temprano, nuestro crío de la ultima fila levantaba la voz y comenzaba a poner en entredicho lo que la profesora decía, con argumentos tan sólidos y convincentes, que la profesora se enzarzaba en un acalorado debate contra aquel niño en lugar de mandarlo a callar. Esto ocupaba gran parte de la clase, por lo que la lección que mandaba estudiar siempre era reducida gracias a aquellos debates que consumían gran parte del tiempo, ganándose la sonrisa de sus compañeros. Doña Teresa comenzaba a exasperarse, cada día perdía terreno frente a aquel niño. Antes, los primeros días de clase, argumentos como “Dios existe porque así lo demuestra la Biblia”, bastaban para hacérselo creer a los alumnos. Pero nuestro amigo contra atacaba hablando con gran elocuencia. “La Biblia no es más que un panfleto publicitario escrito por aquellos que quieren que compremos su producto, es lógico que nos hagan creer en su verdad…”, decía, haciendo encolerizar a la profesora. Los días transcurrieron, y los argumentos para hacer real la existencia de un Dios, de una deidad creadora y suprema, se hicieron cada vez más científicos en lugar de tan espirituales como los expuestos antes. Nuestra profesora buscó algo tangible para callar la boca a aquel niño, alejándose incluso del temario que tocaba dar, en un intento de que su alumno no pudiera presentar ningún alegato preparado y ensayado contra lo que diría ella, hasta ese extremo tan desorbitado llegaron las cosas. “Vivimos en un gran lienzo, en una gran obra creada en exclusiva para nosotros. El mundo en el que vivimos esta demasiado bien hecho, ello evidencia que ha sido creado con premeditación, con una inteligencia detrás de la obra. Todo funciona demasiado bien como para que sea fruto de la casualidad. Se nos ha puesto agua para que calmemos nuestra sed, luz y oscuridad para calentarnos y escondernos al amparo del frescor que nos regala la noche, es por esto, que una vez más podemos evidenciar la existencia de un creador.” La mano de nuestro pequeño amigo se volvió a levantar con algo que decir. “No creo que eso sea cierto, Doña Teresa, el mundo como tal fue creado hace mucho tiempo, antes de la aparición de los seres humanos. Criaturas como los dinosaurios habitaron este planeta antes que nosotros. Se podría decir, por tanto, que el mundo fue creado para ellos, no para nosotros. Nosotros nos limitamos a florecer de el sin más.” Le tocaba mover ficha a la profesora. “El mundo, hijo mío, fue hecho para ti y para mi, para todos nosotros. Fíjate, por ejemplo, en el verde de los prados y los bosques ¿Por qué verde y no rojo o morado? La respuesta, una vez más, evidencia la existencia de nuestro Dios. El verde es el color en el que más descansa la vista al posarse sobre el, por eso los árboles no tienen su follaje rojo o de algún otro color dañino para nuestros ojos… hasta en eso ha pensado nuestro Dios.” La clase se quedó expectante a la respuesta del alumno, sin duda la estocada de la profesora era buena, bien dirigida y afilada en la piedra angular del argumento del diseño inteligente. Pero no fue bastante ni lo suficientemente certera para enmudecer a nuestro joven agitador. “Los árboles ya eran verdes antes de que nosotros habitáramos la tierra… han sido nuestros ojos, nuestra corneas, las que se han adaptado a la naturaleza y no al contrario.” Jaque mate, nuestro pequeño peón había engullido a la reina, la cual se limitó a callar y a mirar con un odio que su Dios no aprobaba a aquel niño. El tiempo pasó para ambos, dotándole a uno de altura y a otra de arrugas, y por esas ironías que tiene el destino, ambos se volvieron a encontrar un buen día, compartiendo el mismo autobús camino de al parecer un mismo destino. Ninguno le dijo nada al otro. Las miradas a veces son lo suficientemente elocuentes como para enturbiar el aire con palabras. La vieja profesora miró a aquel alumno que caminaba de la mano del diablo, sembrando falsas palabras ya desde pequeño hacia su profeta y su Dios. La gente no cambia, quizá por ello, el alumno tan solo se limitó a volver a sonreírle con su mueca de lobo orgulloso.

Azhaag

9.05.2008

Artículo: Revista Cinturón Negro, por Alfredo Tucci

De aquí a nada las perderemos, estoy convencido. Las revistas de artes marciales, las únicas, que sobreviven en el mercado español son la casi extinta publicación Dojo y la mensual Cinturón Negro. Ambas de gran calidad y seriedad a la hora de abarcar el tema, y es una lastima que tengan que mal vivir de esa manera entre tanta publicación absurda que abunda en los quioscos de toda España. Somos pocos los asiduos a estas publicaciones, y vienen a ser el cordón umbilical que aun nos ata y nutre al mundo de las artes marciales a nivel mundial. Gracias a ellas nos enteramos de las últimas publicaciones, de los combates más esperados o los grandes eventos. Ya hable en su momento, haciendo una breve referencia a uno de sus artículos, de la revista Dojo, hoy le toca el turno a su hermana Cinturón Negro. Esta publicación es comandada por Alfredo Tucci. Experimentado artista marcial y escritor, tiene varios libros ya en el mercado, y de forma cotidiana, cada mes, sus palabras llenan las primeras páginas de la revista con un artículo a modo de editorial. El comienzo del de este mes me ha parecido tan genial que no me he podido resistir a compartirlo con vosotros. En poquitas palabras (bien podría ser un microrelato perfectamente) Alfredo Tucci nos muestra el gran oficio que tiene en esto de escribir. Dice así…


8.26.2008

Música: Ain't No Sunshine, de Bill Withers


Bill Withers (1938, Virginia) es un aclamado canta autor americano que tiene en su haber el poder alardear de haber escrito una de las canciones más emblemáticas dentro de los 70. Todo un clásico inmortal que lleva por titulo "Ain´t no Sunshine".

“Lo bueno, si breve, dos veces bueno” fue un aforismo que sentenció algún eyaculador precoz, afianzándose en el subconsciente colectivo como una gran verdad. Una mierda para el picha floja que soltó semejante memez… a ver si piensas igual tras oír esta breve y magnifica canción y no arder en deseos de que siguiera sonando.



Azhaag

8.24.2008

Microrelato: Entre los escombros

Las bombas se oían aun a lo lejos, como las pisadas distantes de un gigante que se marcha, dejando tras su paso solo las humeantes ruinas de lo que horas antes era una hermosa ciudad rebosante de vida. Los habitantes yacían bajos los escombros de sus casas, sepultados por el odio del megalómano con ínfulas de dios, cuyo designio aquella mañana era arrasar cualquier atisbo de vida en aquel enclave que su dedo había señalado en el mapa como lugar estratégico y conveniente de bombardear nada más despuntar el sol. Solo tres vidas entre muchas salieron airosas de entre el escombro y la teja, tres criaturas inconexas que formaban sin embargo parte de aquel todo destruido. Instintivamente cada una de ellas buscó la compañía de las otras dos para sentirse más abrigada y a cubierto, como un banco de peces que se juntan para sentirse a salvo de cualquier dentellada. Los tres, aquél recio anciano, la pequeña de cabellos negros encanecidos por el polvo del bombardeo, y ese gato surgido de la nada, fueron a buscar consuelo de forma mutua en la compañía de los otros. El anciano, sin mediar palabra, asumió el rol del padre de aquella niña que entre lágrimas demandaba un abrazo, el felino, por su parte, se limitó a sentarse y a lamerse las heridas bajo los pies de ambos. Y en el silencio de aquella ciudad muerta, cada uno reflexionó cuanto alcanzaban a ver sus ojos. El anciano, sin dejar de abrazar a la niña, sintió la inquietud de experimentar esa sensación que solo se puede expresar en francés, el llamado dejavu, pues ya había vivido aquel día. Quizá fuese otra guerra, en otro lugar del mundo. Quizá fuese más joven, pero el cadáver de la ciudad arrasada, a sus ojos, era el mismo. Solo que treinta años más tarde, y de nuevo ahí estaba él para verlo. La naturaleza cíclica de las cosas, pensó. La niña, en cambio, apenas si quería ver, con el rostro apretado contra el pecho de aquella improvisada figura paterna, no entendía porque su ciudad se había venido abajo como un castillo de naipes. O porque todas las personas habían decidido ponerse a dormir al mismo tiempo, entre ellos su familia. Que pese a su insistencia, valiéndose de gritos y empujones, no lograba hacer que despertasen.
Sin embargo, el que más comprendía aquella situación era el menos capacitado para hablar sobre ella, aquel gato cubierta de heridas tenia la respuesta brillando en el iris de sus ojos. Para él, era un acto común propio de una especie aun por humanizar, no eran más que monos que habían descubierto una nueva forma de matar, una con lo que no se manchaban las manos tras pulsar el correspondiente botón que accionaba la magia de esos artilugios metálicos que caían desde los cielos como un castigo divino. El animal se lamió de nuevo la pata para que la saliva mitigara el dolor, y levantó la vista hacia aquellos dos humanos que, aun abrazados y llorosos, se lamentaban de ser personas.

Azhaag

8.23.2008

Música: Maria, Maria, de Carlos Santana

Carlos Alberto Santana Barragán (México 1947), uno de los mas grandes guitarristas de nuestros tiempos, nos trae bajo el brazo uno de sus temas más aclamados. A disfrutar…



Azhaag

7.20.2008

Perlas de sabiduría: Paul Lowney

“Nadie es dueño de la propia vida. Todos, por insignificantes que sean, afectan a otros, igual que una piedra produce ondas concéntricas al caer en aguas tranquilas. Aquel cuya vida no toca la de otro es alguien que no tiene sombra.”

Paul Lowney

7.08.2008

Perlas de sabiduría: Jacques Cazotte


“…el hombre salió de un puñado de barro y agua. ¿Por qué una mujer no habría de estar hecha de rocío, vapores terrestres y rayos de luz, de los condensados residuos de un arco iris? ¿Dónde reside lo posible…? ¿Dónde lo imposible?”

Jacques Cazotte, El diablo enamorado

7.01.2008

Música: Sara Bareilles

De igual forma que si cierro los ojos mientras escucho tocar una guitarra, mi mente asocia que este instrumento esta siendo tocado por un hombre, al escuchar las lejanas teclas de un piano solo me puedo imaginar a una mujer sentada ante el.
Un reciente descubrimiento, Sara Bareilles (California 1979).
El tema lleva por nombre “Gravity”.



Azhaag

6.29.2008

Reflexiones y desvaríos de un loco muy cuerdo: VI

Recuerdo la primera vez que crucé la mirada con él, yo solo era un niño, y él era un rey cautivo. Unas gruesas rejas nos separaban a ambos, al cazador y a la presa. Fue en un zoológico en Málaga, una tarde calurosa de verano cuando tuve ocasión de verlo por primera vez más allá de la imagen nítida que me ofrecía el televisor de él, o la estática de las fotos que había en las revistas. Eran alrededor de las tres de la tarde, y los visitantes del zoológico se refugiaban en las terrazas de los bares del sofocante calor, sin embargo, la fascinación por ver por primera vez a un león hacia que pasase por alto la asfixiante calor que quemaba mi piel aquel día. Nos quedamos solos, e incluso encerrado tras la reja, y viéndose disminuido su reino a tan solo uno triste parcela, sus ojos le indicaban a uno quien era. Que fue un rey que camino, cazó, y dio muerte en la lejana África. Y que en lugar de encontrarme a salvo en aquel lugar, en su reino seria una presa más. Dejó una impronta en mí aquel primer encuentro, aquel animal encarnaba mejor que ninguno un lugar, la bella y salvaje África. Y quedándose grabado a fuego en mi memoria, con el paso de los años quedo también atado a mi piel su majestuosa figura, en respeto y recuerdo de aquel primer encuentro en que mire a los ojos a un rey.



“Pudiendo ser sus garras, sus dientes o su fiereza, lo que causa más pavor del león es su mirada.”
Proverbio Masai


Azhaag

6.25.2008

Azhaag al habla...















Atención tropa, debido a la incompetencia de los secuaces de telefónica estoy temporalmente sin internet, “temporalmente” es un bonito eufemismo en lugar de decir que no tengo ni puta idea de cuando volveré a tener conexión, quizá dentro de una semana, quizá mañana, tal vez dentro de tres meses…los de telefónica no me lo terminan de aclarar.

Hasta entonces el blog quedara temporalmente (otra vez el eufemismo de los huevos…) inactivo.

Hasta pronto…

Azhaag

6.06.2008

Música: Marea

Por la noche me siento renacer, como una gárgola que se sacude enojosa los trozos de piedra de la piel tras esconderse el último rayo de sol. Es cuando más despierto me siento, y cuando tengo las mejores conversaciones con los dos o tres insomnes que como yo, ven eso de dormir como una opción más que como una imposición. Anoche, siendo las tantas de la madrugada, hablaba de música con una amiga, de buena música, y con una buena amiga para más detalles. Alabábamos las grandes letras de la música actual, esas que aun sobreviven entre tanto ruido y entre tanto estribillo escuálido y repetitivo.
Salieron nombres a relucir tales como el gran Fito y las historias que cuenta en sus letras, de Fito pasamos a la simbiosis que crearon este y otros y que bautizaron con el nombre de Extrechinato, unos verdaderos artesanos de la canción. Y llegado a este punto, y tras alabar a otros grandes músicos, como pueden ser Orozco o Extremo Duro, salio el nombre de Marea. Me quedé pensativo, el nombre no me sonaba en absoluto, y mi amiga corrió a copiarme un enlace con alguna de las canciones de esta genial banda. La sorpresa fue mayúscula, y hoy he quemado el Ares bajándome cuantas canciones había de esta banda de rock navarro capitaneada por Kutxi Romero, y fundada en 1998.
“Corazón de mimbre” y “Duerme conmigo”, os dejo con ellas…





Azhaag

5.25.2008

Artículo: Las Carocas de Granada

Las Carocas es una fiesta ligada de forma intrínseca a su vez a la fiesta de El Corpus. Y tiene un lugar ya eterno dentro de la geografía de Granada donde se lleva a cabo, que es en plaza Bib-rambla. Desconozco el origen de esta fiesta, pero todos los años aplaudo su existencia. El cometido de esta es la de plasmar gráficamente temas humorísticos relacionados con Granada, estos dibujos a su vez llevan a modo de pie de foto una quintilla. Las quintillas son escritas y enviadas a concurso por los propios ciudadanos, todos los años pruebo suerte, pero no hay forma de que seleccionen una mía. Es un tema que tengo pendiente, no me puedo morir sin ver una quintilla mía expuesta. Los dibujos corren a cargo del dibujante granadino Ozeluí, conocido más que de sobra por ser un colaborador habitual dentro de la revista El Jueves. Como todos los años, me pase a verlas y a reírme de las ocurrencias de los granadinos y el excelente acierto que sigue mostrando Ozeluí para dibujar las quintillas seleccionadas. Estando hoy allí bajo la lluvia las retrate una a una, os dejo algunas de las más divertidas. Si no alcanzáis a leer la quintilla hacer click sobre la imagen para ampliarlas.




5.20.2008

Perlas de sabiduría: Hugh Laurie


"Imagínate que tienes que romperle el brazo a alguien.
El derecho o el izquierdo, da lo mismo. La cuestión es que tienes que rompérselo, porque si no lo haces... bueno, eso tampoco importa mucho. Digamos que ocurrirán cosas peores si no lo haces.
Mi pregunta es la siguiente: ¿le rompes el brazo de prisa —crac, vaya, lo siento, deje que lo ayude con este cabestrillo de emergencia— o alargas todo el proceso durante sus buenos ocho minutos y vas aumentando la presión poquito a poco, hasta que el dolor se convierte en algo rojo y verde y caliente y frío y, en su conjunto, absolutamente insoportable?
Pues eso. Por supuesto. Lo correcto, la única opción correcta, es acabar cuanto antes. Rompe el brazo, sírvele una copa, sé un buen ciudadano. No hay otra respuesta.
A menos...
A menos, a menos, a menos...
¿Qué pasa si odias al tipo que está al otro extremo del brazo? Me refiero a que lo odias de verdad.
Esto era algo que ahora debía tener en cuenta.
Digo ahora refiriéndome a entonces, al momento que describo; el momento fraccionado, tan condenadamente fraccionado, antes de que mi muñeca toque mi nuca y mi húmero izquierdo se parta al menos en dos —o probablemente más trozos chapuceramente unidos.
Verás, el brazo en cuestión es el mío. No es un brazo abstracto, un brazo filosófico. El hueso, la piel, el vello, la pequeña cicatriz blanca en el codo, recuerdo de una esquina del radiador de la escuela primaria Gateshill, todo es mío. Ahora es el momento en que debo considerar la posibilidad de que el hombre que está detrás de mí, que me sujeta la muñeca y la sube a lo largo de la columna con un cuidado casi sexual, me odia. Me refiero a que me odia de verdad, y mucho.
Está tardando una eternidad."

Una noche de perros, de Hugh Laurie

5.14.2008

Música: Broken Hearts, de Axel Rudy Pell

El amigo Axel vuelve a ser invitado para deleitarnos otro rato, en esta ocasión con su tema “Broken Hearts” en instrumental. Os dejo con él…



Azhaag

5.13.2008

Poesía: Quién sabe, de Mario Benedetti


¿Te importaría mucho que dios exista?
¿Te importaría que una nebulosa te dibuje tu destino?
¿Qué tus oraciones carezcan de interlocutor?
¿Qué el gran hacedor pueda ser el gran injusto?
¿Qué los torturadores sean hijos de dios?
¿Qué haya que amar a dios sobre todas las cosas y no
sobre todos los prójimos y prójimas?
¿Has pensado que amar al dios intangible suele
Producir un tangible sufrimiento y que amar a un
palpable cuerpo de muchacha produce un cambio
un placer casi infinito?
¿Acaso creer en dios te borra del humano placer?
¿Habrá dios sentido placer cuando invento a Eva?
¿Habrá Adán sentido placer cuando invento a dios?
¿Acaso dios te ayuda cuando tu cuerpo sufre?
¿o no es siquiera una confiable anestesia?
¿Te importa mucho que dios exista? ¿o no?
¿Su no existencia seria para ti una catástrofe más
terrible que la muerte pura y dura?
¿Te importaría si te enteras que dios existe pero
esta inmerso en el centro de la nada?
¿Te importaría que desde el centro de la nada se
ignore todo y en consecuencia nada cuente?
¿Te importaría la presunción de que si bien tu
existes, dios quien sabe?

Mario Benedetti

5.06.2008

Artículo: El aleteo de una mariposa


“El boxeo es el gran desafió. No hay nada que se
pueda comparar a probarte a ti mismo del modo
en que lo haces cuando te subes a un ring.
Con la vida enfrente de ti y los guantes listos.”

Sugar Ray Leonard

Los gimnasios, más allá de esos locales donde el aire huele a sudor, y se oyen quejidos lastimeros producidos por el esfuerzo de levantar hierros desde que se abren hasta que se cierran sus puertas, pueden ser un lugar interesante donde escuchar buenas historias.
Esta la escuche hace tiempo, mientras sentado a poca distancia de dos hombres que hablaban, me limitaba a vendarme las manos. Las palabras que despertaron mi instinto de cazador o de maruja, y me empujaron a pegar oreja a la conversación mantenida por aquellos dos amigos, fueron “la teoría del caos”. Escuchar a una montaña de músculos, como era aquel hombre, hablar de conceptos matemáticos en aquel lugar, donde los golpes a las guantillas explosionaban en el aire y el siseo de la comba era la música eterna que sonaba, se me hizo muy raro. Un concepto tan mental en un lugar tan físico. Los tópicos son los tópicos, y que mayor topicazo que el que eso de men sana in corpore sano es un imposible, si tienes abdominales, no tienes cerebro. Y a la inversa, si eres un cerebrito lucirás posiblemente una barriguita que te dará de si las camisetas. Me hice el despistado y me acerque desde lejos a la conversación prestando mucha atención a cuanto decían.

-Plantéatelo así ¿Por qué practicamos boxeo? –le preguntó uno a otro.

-¿Para estar en forma y mantenernos sanos? –contestó el otro algo dubitativo.

El tipo movió la cabeza en signo de negación, y apurándose su bebida isotónica y tomando asiento, le preguntó.

-La teoría del caos, Sergio ¿Has oído hablar de ella?

-No…

-La teoría del caos establece que hay ciertos comportamientos o circunstancias del todo impredecibles, que pueden desencadenar reacciones de situaciones, en principio, muy simples. Una mariposa bate las alas en Europa y un tsunami barre las costas del sur de China –el amigo no perdía detalle de lo que le decía aquel hombre -. Practicamos boxeo, porque un día, tu vida dependerá de ello. Da igual los ambientes en que te muevas, no importa que rehuyas cualquier tipo de enfrentamiento con cualquier desconocido con ganas de camorra, el mundo tiene dientes, y en cualquier momento decidirá morderte.

El amigo sonrió ante lo escuchado.

-Pienso que se puede morir sin llegar nunca a pelearse con nadie, menos aun con alguien que realmente atente contra la vida de uno –dijo muy convencido.

-Te voy a contar una historia, tu historia. La historia de uno de tus múltiples futuros. Es sábado, hace un día cojonudo. La suficiente calor como para que las niñas jueguen en el parque sin cansarse demasiado ni preocuparse por una insolación, y la justa y necesaria para que la esposa de Sergio luzca hoy ese hermoso y fresquito escote en el que a Sergio le gusta perderse con la mirada de vez en cuando, cuando deja de mirar un segundo a sus dos niñas jugar. Sergio y su esposa deciden que por hoy esta bien, que lo idóneo para rematar este hermoso día seria irse a la terraza de algún bar a tomarse algo que tengo hielo y una rodaja de limón flotando en el vaso. Llama a sus niñas y les cuentan la idea, a una, a Celia, le parece genial. En cambio, a Rocío, la idea de dejar de jugar tan pronto le disgusta, y le dice a su padre que se queden jugando un poquito más. Sergio se muestra severo, y convenciendo a la niña, todos parten hacia el bar. Sin embargo, Sergio tiene un corazón que no le cabe en el pecho, y le duele ver la carita de pena de Rocío que ha visto como sus juegos se han visto interrumpidos. Por lo que le dice que solo un poquito más, que puede tirarse un par de veces más por el tobogán. Por lo que Sergio y su familia, en lugar de girar hacia la izquierda, en dirección al bar, tuercen hacia la derecha, hacia el tobogán. Una mariposa bate las alas en el momento en que se toma esa decisión tan ínfima. Una moto atraviesa a toda velocidad el parque, pasando casi al lado de Rocío, que se disponía a subirse al tobogán. No la roza por espacio de centímetros, sin embargo la niña cae al suelo violentamente. Sergio corre hacia ella, y tras levantarla del suelo, alcanza a los dos chavales que montan en la moto, los cuales se han parado en el otro lado de la acera, esperando el momento de incorporarse al tráfico. Sergio llega hasta ellos con la sangre hirviéndole y el corazón latiéndole fuertemente en las sienes, y sin perder las formas, les pide explicaciones. Casi arrolláis a mi niña, les dice. El que conduce la moto se baja de ella y se pone frente a él, desafiante. Tras apenas intercambiarse unas palabras y unas miradas, la tensión del momento hace que ambos lleguen a las manos. De manera torpe, golpes lanzados como martillazos, de forma salvaje. En un instante, Sergio alcanza al chaval con un golpe en la cara, y este, con el rostro marcado y la camisa punteada de gotas de sangre, saca una navaja de su bolsillo. La mujer de Sergio grita de horror, Sergio no. La cuchilla de la navaja se hunde en el pecho de él, acallando cualquier grito de este, y al segundo se desploma en el suelo. Los chavales de la moto desaparecen en un instante. La familia de Sergio acuden hasta él, pero él ya no esta ahí. Solo queda el cadáver de un hombre asesinado por una mala decisión. Por torcer a la derecha. El batir de las alas de una mariposa le ha partido el corazón a Sergio.

El narrador se calla un segundo dejándole un instante a Sergio y a sus pensamientos.

-Llegara un día, quizá mañana, tal vez dentro de veinte años, en que tu vida dependerá de ello. En que una decisión te amenazara con apartarte de la vida. No practicamos boxeo para perder peso, ni para mejorar físicamente. La gente juega al fútbol, al rugby, al baloncesto; nadie juega al boxeo. Somos gladiadores, ya no libramos nuestras batallas en la arena del coliseo, sino en la nueva selva que nos ha tocado habitar, una de asfalto. No perseguimos la gloria concedida por el público y el Cesar, el verdadero gladiador busca solamente sobrevivir. Que incluso girando a la derecha puedas esa misma noche acunar a tus hijas y contarles un cuento, o hacerle el amor a la mujer que quieres, y que te abraza por el miedo que ha sentido al ver como a su marido casi lo mata un desalmado con un cuchillo.

Ambos hombres se pusieron en pie, el narrador detrás del saco aguantándolo, y Sergio calzándose los guantes. Y yo allí, con las vendas aun por poner, joven, y con más preguntas que respuestas en mi cabeza, vi como aquel hombre embestía al saco con golpes precisos, disponiendo, ahora si, de un motivo por el cual poner el alma en cada puñetazo. Para que llegado el día, el aleteo de una mariposa no trunque su vida.

Azhaag

4.23.2008

Perlas del celuloide #04

El mismo Dan Millman, protagonista real de esta asombrosa historia, asegura que el personaje de Sócrates, interpretado de forma magistral por Nick Nolte, existió de veras. Y que le ayudo tal y como se muestra en el film. El guerrero pacifico (2006), es una de las películas que más me han impactado en los últimos años, pues hace hincapié en las escenas que yo más agradezco de ver en una historia, que en resumidas cuentas no son más que aquellas en las que en un plano sencillo de cámara, se muestran a dos personajes hablando. Pues para mí los diálogos, tanto en el cine como en la literatura, son el alma de las historias.




















La escena que os muestro a continuación recoge uno de los diálogos entre el joven Dan y Sócrates. Dan se ha iniciado ya en la nueva filosofía que Sócrates le ofrece, y esta dispuesto a llevar su vida a un plano superior, olvidando el terrible accidente que sufrió y que lo apartó de la gimnasia.

-Si me lo preguntas… haré lo que me digas –le contesta Dan a Sócrates.

-Muy bien…

-Así es –afirma Dan.

-…creo que deberías seguir con los entrenamientos de gimnasia –dice Sócrates.



El dialogo traducido es el siguiente:

“-Un guerrero no se rinde ante lo que le apasiona, Dan. Encuentra el amor en lo que hace…

-¡Mírame! Mírame. Llevo un clavo en la pierna.

-Ser guerrero no es ser perfecto, o salir victorioso, o ser invulnerable. El guerrero es totalmente frágil, ahí esta su coraje…

-¿Y como crees que puedo entrenar? He tenido un accidente.

-¡El accidente es tu entrenamiento! La vida es elegir, puedes elegir ser una victima o cualquier otra cosa que te propongas.

-¿Cómo si nada hubiera pasado?

-Un guerrero actúa, el tonto sobreactúa…

-¿Y si no puedo hacerlo?

-Eso es el futuro… ya lo veras.

-¿Por donde empezamos?

-No hay que empezar ni parar. Solo hacerlo.”


Azhaag

4.20.2008

Perlas de sabiduría: William Blake




"Para ver el mundo en un grano de arena,
Y el cielo en una flor silvestre,
Abarca el infinito en la palma de tu mano
Y la eternidad en una hora."



Fragmento de "Las bodas del cielo y el infierno", de William Blake

4.16.2008

Artículo: Asesinos made in spain


“Y entonces, una vez que uno esta muerto ¿Qué pasa?
Lo cogen, lo detienen, lo encierran en la cárcel, y yo muerta,
y él en la cárcel. Y ya no hay más solución…
Declaración de Teresa de Macanás para la televisión.


A los asiduos al cine se les inculca de forma casi subliminal, entre palomita y sorbo de cocacola, que los asesinos más desalmados parecen solo operar en América. Películas tan aclamadas y celebres como “El silencio de los corderos”, o “La matanza de Texas”, por poner un ejemplo, dan a entender al espectador que tales baños de sangre suceden solo muy lejos de nuestra península. Vaya usted a saber porque, lo mismo es que aquí somos más civilizados, pensaran más de uno. Lo que se tiende a olvidar es que el único requisito para que en cualquier enclave del mundo se produzca un asesinato es la sola presencia del hombre. En la localidad de Santomera (Murcia), el pasado día 15 de abril del 2008 se produjo un hecho sin precedentes que ha dejado a la población muda, pues aseguran aun los residentes, nadie se podía imaginar lo acaecido allí. El reloj de la iglesia marcaba las nueve de la noche, y al son del toque de campanas alguien andaba sin rumbo por la plaza del pueblo. Era un muchacho conocido en la localidad por protagonizar diversos episodios de malos tratos hacia su madre, por los cuales incluso había sido detenido años atrás. Los vecinos decían que estaba algo “pallá”, y los diagnósticos médicos corroboraron esta observación definiéndola como esquizofrenia. Independientemente de cual fuese la opinión médica, los vecinos lo tenían claro, mantener las distancias con el hijo de Teresa era lo más aconsejable. Aquella noche se cruzó con varias personas, las cuales se limitaron a bajar la vista y apretar el paso. Iba sin camiseta, con aspecto desaliñado, y portando algo entre sus brazos. Una especie de fardo cubierto con trapos. Supongo que alguien con más redaños que los demás se paró un segundo a observar a su convecino, que seguía deambulando por las calles de Santomera. Y supongo también, pues los datos facilitados por la prensa y los medios son escuetos y clónicos cuando uno se pone a compararlos, que dicho individuo reparó en aquel fardo que el hijo de Teresa no apartaba de su pecho. Al acercarse a él con intención de ayudarle, se percataría de que aquel fardo cubierto con telas goteaba. Estaba dejando un bien definido reguero de lo que a priori parecía sangre.

-Es la cabeza de mi madre –dijo mientras cobijaba receloso entre sus brazos aquel fardo.

Supongo, otra vez, que alguien con iniciativa llamaría a las autoridades pertinentes. Que se personaron y cercaron al hijo de Teresa, que de nuevo, a la pregunta de que es lo que llevaba entre sus brazos, aquel joven respondió la misma locura.

-Es la cabeza de mi madre…la he matado, ahora esta callada –mientras bajando la mirada y acariciando aquel bulto, añadía. –Te quiero mucho.

Y efectivamente, aquello no era una broma macabra. Lo que parecía un reguero de sangre, lo era, y el bulto que se adivinaba bajo las telas era la cabeza cercenada de Teresa de Macanás de 56 años, y madre de aquel individuo enfermo de esquizofrenia.
Pero no se sorprendan, por favor, se que el hecho puede chocar de primeras por la violencia del mismo. Eso de decapitar es bastante más sucio y aparatoso que el liarse a puñaladas con la susodicha. Pero como les digo, no se sale de la normalidad, solo que en lugar de proyectarse en el celuloide, pues a pasado en la calle de alguien que bien podría haber sido la tuya. Si lo analizas fríamente, no es más que la cercanía del crimen la que te ha puesto nervioso, tanto te da que la victima haya sido decapitada, quemada a lo bonzo o ahogada en su bañera, lo que te inquieta de veras es que no haya sucedido en algún pueblucho yanqui como en las películas del cine. Y la gracia del asunto, la maldita ironía macabra que encierran estos episodios que acaban con el cadáver de una señora sobre un charco de sangre, es que la tragedia se venia anunciando desde hacia ya años. Teresa había acudido como ultimo recurso, y totalmente desesperada, a una cadena de televisión para exponer su caso, su día a día conviviendo con un hijo enfermo de esquizofrenia que la apalizaba hasta tal punto, que había llegado a temer incluso por su vida. Aquella señora demandó ante miles de espectadores una ayuda, para que la policía, o las instituciones psiquiatritas, o el responsable de turno tomara cartas en el asunto y la ayudasen a apartar a su hijo de su lado, el cual ya había sido detenido temporalmente acusado de malos tratos, y de nuevo, pensando quizás que una temporada en el calabozo cura la esquizofrenia, puesto en libertad y junto a su señora madre. Pues bien, el final era el anunciado por esta señora que vivía sintiendo próximo su fin. Lo único que espero es que, a los responsables de haber escuchado a esa mujer que entre lagrimas les pidió ayuda e hicieron oídos sordos, y manos incompetentes, no pasen una sola noche en la que no vean en sueños al hijo de Teresa paseando la cabeza de su madre mientras en lo alto del campanario replican campanas. Que no vuelvan a tener una noche tranquila en sus vidas, atormentados por el fantasma de lo que debieron hacer y no hicieron.


Azhaag

4.15.2008

Música: I want it all, de Queen

Más de 300 millones de discos vendidos los respaldan, fueron y serán una de las mejores bandas de rock de todos los tiempos. La banda Queen, capitaneada por el genial Freddi Mercury, en uno de sus más aclamados temas.



Azhaag

4.13.2008

Articulo: Duro como el diamante, flexible como el bambú


Se flexible, pero no dócil.
Se firme, pero no severo.

Bruce Lee


De nuevo me encaro con el folio en blanco para acercaros un poco más a la filosofía del pequeño dragón, el genial Bruce Lee. De veras os digo que para mí supone un gran esfuerzo hacer tal cosa por distintos motivos, el primero es que el volumen de material a manejar es tan inmenso, tantos conceptos y matices engloban sus ideas, que pretender resumir, aunque sea una de las más pequeñas de sus anotaciones, supone un agotador ejercicio de síntesis para el cual no me veo en absoluto capacitado. Por otra parte esta la sincera admiración que siento por su figura, la cual, si no me pongo yo mismo algo de freno, me empujaría a que fuese cualquier cosa menos objetivo a la hora de escribir sobre él y sus ideas, por lo que, lo crean o no, escribir este articulo no supone para mi un plato de buen gusto en absoluto. No escribo relajado y de forma distendida como acostumbro, sino que me encolerizo ante el teclado, las palabras desaparecen cuando digo de buscarlas en mi cabeza, lo que vendría a ser un titubeo pero extrapolado a la escritura, y me siento presionado con la expectativa de hacer esto de la mejor forma posible para contentar a quien, como yo, siente un enorme respeto por la figura de Bruce. En fin, vamos allá… Dentro de sus muchos escritos, recapitulados de distintas formas en variadas antologías de artes marciales, hay uno en concreto que desde siempre me maravilló. Para Bruce, toda persona era un guerrero atrapado bajo diversas capas, sociedad, cultura, limitaciones propias e impuestas, pero que a la hora de la verdad, daba igual que dicho individuo fuera un artista marcial, una ama de casa, un banquero o una abogada, siempre se presentan en la vida, y bajo mil mascaras, situaciones en las que o luchas o mueres. O te yergues, o caes para no volver a levantarte jamás. Por lucha entendemos aquella que lleva a cabo todos los días la madre de dos hijos, cuyo marido se fue a por tabaco hace ya mas de cinco años, y que no duda en seguir levantándose por la mañana para pelear a brazo partido con el mundo por ella y por sus niños. La del padre de familia que es despedido con cincuenta y cinco años y se queda en la calle sin saber muy bien que hacer, sin saber hacia donde dirigirse, pues parece que le han arrebatado el norte, o la de la pareja joven e idealista de tortolitos que, tras quedarse ella embarazada, por esos bromas carentes de gracia que hace a veces el destino, su primer hijo nace tetrapléjico, sobrellevando el duro golpe que esto supone y haciendo malabares con las facturas de los cuidados especiales que tiene que recibir su hijo. Todas estas personas, que aquí en mi artículo no tienen cara ni nombre, en la vida real tienen hasta apellidos y numero del dni. Y todas son guerreros. Para Bruce, lo importante para elevarse por encima de los contratiempos era la capacidad de adaptación del individuo. Imaginen, me valdré de una cita del propio Bruce para ilustrar el ejemplo, que somos un corcho cabalgando por encima de las depresiones de las olas en un océano tormentoso. No hay ola capaz de hundirnos, por que nos valemos de su propia fuerza para volver a coronar su cresta. Debemos, lejos de sucumbir, limitarnos a plegarnos ante la adversidad. A fluir con ella, a ceder sin rompernos. Matizare aun más el ejemplo de cuan importante es la adaptación del guerrero para salir airoso de cualquier batalla. Cuando Bruce preparaba en agosto de 1972, la que seria su cuarta película, tenia bien claro lo que pretendía plasmar en pantalla. Recordemos que, como todos los actores supongo, al principio de su carrera Bruce carecía por completo de opinión y voto en sus primeros trabajos, pero que al consagrarse como una súper estrella en Hollywood, en esta su cuarta película, haría las veces de guionista, director y protagonista, es decir, veríamos todo cuanto quería mostrarnos Bruce sin intermediarios ni nadie por encima de él en la cadena de producción del film. Desgraciadamente Bruce murió poco antes de terminarse la película, quedando grabadas únicamente las escenas de acción de esta. Pero los esbozos e ideas sobre lo que querría enseñar en pantalla estaban ahí, bien a la vista. Bruce quería, dentro de la trama argumental de la película, mostrar una contienda a varios niveles. Una serie de enfrentamientos de él contra distintos practicantes de artes marciales, en los cuales, o bien se adaptaba al estilo de su contrincante, o moriría entablando combate. La acción de desarrollaría en el interior de una pagoda, y la pagoda tendría varias plantas, donde aguardaban sus oponentes. Bruce lo tenia claro, era un momento perfecto para enseñar al mundo el súmmun de su idea de la adaptación como facultad para sobrevivir en cualquier entorno. Había pensado incluso una escena inicial con la que mostraría al espectador, en un despliegue puramente poético, el principio básico de esta idea. La película daría comienzo con el primer plano de un hermoso paisaje, donde los árboles cubrirían el fondo, matizando el verde de sus copas con el azul oscuro del cielo. A los segundos se desataría una fuerte nevada, la cámara se adentraría hacia el bosque, como buscando refugio, deteniéndose junto a un majestuoso roble y un sauce. El sauce seria vapuleado por la tormenta, moviéndose por completo sus ramas y doblando su tronco por la acción del viento, mientras que el roble permanecería firme. De repente se oiría un fuerte crujido, y una pesada rama del roble, cubierta por entera de nieve, acabaría cediendo y precipitándose hacia el suelo. No pudiendo la rama soportar la presión que la nieve ejerce sobre ella acabaría rota. Entonces la cámara giraría hacia el sauce que se dobla por la fuerza del viento. Como el sauce es capaz de adaptarse a las condiciones del entorno consigue sobrevivir. Flexibilidad, adaptación y tenacidad parecen ser la piedra angular sobre la que Bruce daba a entender se asentaba la supervivencia del guerrero.
Por ello, creo que coincidiría conmigo Bruce al sentenciar que, si somos humildes como un corcho arrojado al mar, somos a la par imposibles de hundir. Si somos recios como el diamante pero al mismo tiempo flexibles como el bambú, nada puede quebrarnos, y si lejos de permanecer quietos y estancados, fluimos, seremos como el agua que corre eterna por el río sin llegar jamás a pudrirse.

Azhaag

4.10.2008

Artículo: Ayer volé

“-Wendy, Wendy, cuando estas durmiendo en esa
estúpida cama podrías estar volando conmigo,
diciéndoles cosas graciosas a las estrellas.”

Peter Pan, de J.M Barrie


La gente no me cree cuando les aseguro que ayer volé. Ahórrense las gracias y los comentarios sarcásticos, que si la gravedad por aquí, que si a Newton las manzanas se le caían, bla bla bla… les digo que yo ayer volé. Me encontraba en mi cuarto, libro en mano, a solo un par de líneas de terminar el capitulo, cuando sentí algo. No sabría como describirlo, podría colgarle un puñado de calificativos y matices, y sin embargo, nada tendría que ver con la sensación que me recorrió el cuerpo. La antesala de dicha sensación fue un calambrazo que hizo que me encorvara como un gato bufando, tan fuerte fue, que mis dedos se aflojaron dejando caer el libro al suelo. Y al segundo, la sensación de la que os hablo, indescriptible, apenas narrable solo por intuición ¿Alguna vez han tenido una certeza? Algo incuestionable. Pues fue eso lo que surcó mi mente como un flash, una convicción inapelable a cualquier razonamiento lógico. De igual forma que uno no duda al levantarse por la mañana de si podrá ese día andar, yo en ese momento sabia a ciencia cierta que podía volar. Encaminé mis pasos hacia el balcón y, de un grácil salto, sin preocuparme nada, me encaramé a la barandilla. Desde allá en lo alto el sentido común me gritaba dejándose la voz, “pon los pies en el suelo, chaval… que la hostia va a ser de antología”, pero la suave brisa que alborotaba mi cabello aquella mañana parecía puesta ahí adrede para llevarme de la mano en lo que seria mi primer vuelo. Desde abajo, a pie de calle, mi silueta dibujándose sobre el cielo debía de parecer la de un funambulista.

-¡¡No, no saltes chico!! –me gritó una vecina llevándose las manos a la cabeza.

Por el berrido que profirió la mujer de funambulista nada, daba más el perfil de un suicida dispuesto a reventarse contra el pavimento. Pero es que yo podía volar ¿Por qué sino iba hacer equilibrios en la barandilla? La mujer abajo seguía gritándome una retahíla de frases de aliento y esperanza, por lo que decidí callar a aquella escandalosa mostrándole que a mi eso de la gravedad no me afectaba, y que mi intención no era acabar con mi vida, sino tan solo la de volar. Alcé los brazos y la cabeza, dejando que me bañase el sol, y salté. He de confesar que me invadió un pánico mudo, carente de todo grito, ya gritaba bastante la señora de abajo, cuando en lugar de salir disparado hacia arriba, me precipité hacia abajo. El asfalto se acercaba cada vez más a mi, o yo a el, no se. Mientras, la mujer seguía gritando, ya no frases de apego hacia la vida, sino gritos de pánico más acordes con la nueva situación, en la que mi inminente hostión con el suelo parecía ya ser algo irremediable. Pero ya os digo que podía volar. Unos dos metros antes de besar el suelo, mi cuerpo entero se paró en seco, quedándome suspendido en el aire, justo encima de la vecina, la cual se le había roto el grito en la garganta, y ahora me miraba con los ojos como platos y la boca tan abierta que podía verle hasta los empastes.

-Es que es la primera vez que vuelo, no lo tengo aun muy dominado –le dije, como si aquello explicara que estuviese levitando encima de ella.
Su gesto no varió, el rictus de asombro se le había quedado petrificado en el rostro.

-Siento haberla asustado, perdone…-y dicho esto, y con un ascenso algo irregular, supongo que propio de alguien que se inicia en esto de volar, comencé a ganar altura, dejando a mi vecina allí, siguiéndome con la mirada y con la boca aun abierta.

Me elevé sin miedo, hasta ver por completo mi pueblo. Me quedé de nuevo suspendido allá arriba, donde apenas llegaban ruidos, donde el aire parecía más puro. Y me dio por reír, reír como un verdadero loco feliz por algo que parece entender solo él ¿Qué porque reía? Quizá fuera por estar, a todas luces, en un lugar donde nadie había estado nunca, suspendido en mitad de la nada. Lo mismo era por el mero hecho de volar, tal vez fuese la sensación tan inmensa de libertad que recorría mi ser, me daba igual, no pensaba ponerme a analizar el porqué de mi alegría. La sensación en si misma imperaba sobre todos los porqués. Desde arriba pude ver como dos niñas interrumpieron sus juegos y levantaban sus dedos señalándome en el cielo. Al poco, más niños que jugaban en el mismo parque, se unieron a las dos niñas, mientras a gritos, enunciaban que había alguien volando entre las nubes. Los coches comenzaron incluso a pararse en mitad de la carretera, y sus conductores salían y, usando su mano a modo de visera, me miraban también perplejos. En cuestión de minutos, como un reguero de pólvora, mi presencia en los cielos pasó de boca en boca, y todos salían a la puerta de sus casas a verme. En poco tiempo yo diría que tenia a media Granada mirando hacia arriba. Me vi indeciso en cuanto a que hacer, si en bajar y explicar porque volaba, lo cual, después de pensarlo un instante, no sabía porque podía hacerlo. Además, sin ponerme a cuestionar el grado de cultura de los habitantes de mi pueblo, sino más bien teniendo presente el axioma humano de temer todo aquello que desconocemos, lo mismo me linchaban nada más posar mi pie en el suelo, mientras al grito de ¡brujería, brujería! me llevarían en volandas a la plaza para meterme fuego movidos por una reminiscencia inquisitorial. O lo mismo no, oye, me decía debatiéndome a mí mismo, lo mismo bajas y todo son sonrisas y elogios, que si palmadita en la espalda, que si oye tío, como has hecho eso. Y a esto que allí, suspendido sobre miles de cabeza, va y me suena el móvil. Lo cogí raudo para decirle a quien fuera que me pillaba muy ocupado, sopesando a cientos de metros de altura el grado de tolerancia de la gente. Pero no me llamaba nadie, era la alarma del teléfono la que sonaba. Hit the road Jack, del amigo Ray Charles. Fue escuchar la primera frase de la letra de la canción y me empecé a notar más consciente de mis ochenta quilos de peso, los cuales, valga la expresión, comenzaron a volver a pesarme. Y entonces me precipité hacia abajo, preso de nuevo de la gravedad, de las manzanas y de la madre que parió a Newton. El gentío comenzó a gritar al unísono, y juraría que pude volver a oír la voz estridente de mi vecina por encima de todas, de nuevo, dándole banda sonora a mi caída en picado. Me desperté en mi cama, con la alarma del móvil sonando como cada mañana a ritmo de jazz. Alargué el brazo y cogí el móvil para hacer callar a Ray, y entonces, de nuevo, aquel latigazo de electricidad sacudiéndome hasta el tuétano, y de nuevo, los dedos volviéndose mantequilla y dejando caer el teléfono al suelo. Y de nuevo, la convicción de estar en posición de poder desafiar a las alturas. Me asomé al balcón, y ¿saben qué? Soplaba una brisa que invitaba a volar.

Azhaag

4.06.2008

Perlas del celuloide #03

Copia del fragmento en español:

“A partir de aquel momento decidí coger las riendas de mi vida. Me propuse convertir mi cuerpo en un arma. Quería ser guerrero y alumno, boxeaba, y estudiaba. Empecé a leer a autores negros como William Du Bois y Richard Ruait. Así que renuncié a todos los lujos inútiles que la mayoría de los reclusos ansiaban, las revistas de chichas desnudas, el tabaco, las películas… ¡les odiaba! Es más, odiaba a todo el mundo, ni siquiera hablaba su idioma; yo hablaba odio, y los verbos eran mis puños. Decidí firmemente convertir mi cuerpo en un arma que llegado el momento pudiera liberarme, o matar al que intentara recluirme en una prisión.”



“-Es muy importante conseguir superar las barreras que nos inmovilizan ¿lo sabias? Has aprendido a leer, a escribir. La escritura es… puf, es magia ¿Nunca lo has sentido así?

-Si, creo que si…

-Cuando empecé a escribir descubrí que estaba haciendo algo más que contar una historia…la escritura es un arma, y es más poderosa de lo que jamás podrá ser un puño.”


Huracan Carter (1999)

3.25.2008

Música: Breathe No More, de Amy Lee


La hermosa Amy Lee, vocalista del grupo Evanescence, vuelve después de algún tiempo para enseñarnos lo que mejor sabe hacer. No se si es verdad, pero esta pieza en concreto es una versión, la original, según he oído, pertenece a Marilyn Manson…si, esa misma cara he puesto yo. Habrá que indagar en el asunto…





"Me he estado observando en el espejo tanto tiempo que he llegado a creer que mi alma está en el otro lado."

Azhaag

3.23.2008

Perlas de sabiduría: Jesús Quintero


En este genial libro (Jesús Quintero: Entrevista), el propio Jesús Quintero recoge 24 entrevistas realizadas por él, aquellas que más le han marcado, y las lleva al papel.
Tiene de todo, acercamientos cercanos como solo él es capaz de lograr, valiéndose de esos silencios que lo han hecho tan famoso, a toda clase de personas, desde actores a músicos, de escritores a presidiarios, de políticos a deportistas…. Os copio un fragmento, en concreto aquel con el que Quintero cierra la entrevista que le realizo vía satélite al subcomandante Marcos. No tiene desperdicio…


Espero poder hacerle una segunda entrevista en Chiapas, en una Chiapas feliz. Aunque estemos a miles y miles de kilómetros, para mí la comunicación ha sido muy cercana y muy de verdad. Muchas gracias. Me encantaría que nos dejara en el aire en España un poema, uno de sus poemas, uno de los poemas de Chiapas, o que ha nacido en Chiapas.

Bueno, ahorita improvisar… esta difícil. Pero, a grandes rasgos, recuerdo una historia del viejo Antonio, esta especie de traductor indígena que nos hizo asomarnos a lo que era la realidad de los pueblos indios de México. Él nos explica que los diccionarios solo servían para señalar la distancia que había entre el lenguaje y el corazón, y me ponía como ejemplo algunas palabras indígenas que designaban sentimientos y que no tenían equivalentes todavía en los diccionarios de la lengua española.
Nosotros decimos que ojalá fuese posible hacer un diccionario universal donde el sentimiento de cada quien, de cada país, de cada cultura, de lo que es cada quien, en cada lugar, tuviera una traducción, un puente para que se entendiera en España, en China, en Japón, en la India o en una comunidad zapatista. Nosotros pensamos que es posible que una de esas palabras sea “dignidad” y desearíamos que fuera posible construir un equivalente en todas las lenguas y conformar así un diccionario para que todos nos entendiéramos. Si ese diccionario existiera, entonces seria posible hablar de otro mundo, el otro mundo posible en el que cupiera cada quien con sus propios sentimientos y sus palabras.

Me gustaría incluir en ese diccionario una palabra, la palabra que yo considero más hermosa del diccionario: “gracias”. Gracias, subcomandante Marcos.

Gracias a ti, y gracias a ustedes. Gracias a todos allá.

Jesús Quintero: Entrevista, de Jesús Quintero

Artículo: Héroes


“Volvamos a esos días felices en los que aun había héroes.”
Bette Davis

Cuentan que tras escalar la montaña más alta del planeta, el majestuoso Everest (8.848 metros de altura), sir Edmund Hillary bajó ayudado por el serpa Tenzing Norgay hasta la falda de la montaña, donde cientos de personas esperaban ansiosas para felicitarle por su increíble hazaña. Hillary bajó en un estado penoso. Apenas si se mantenía en pie por si solo, y casi no podía abrir los ojos a causa del tremendo cansancio. Uno de los muchos periodistas que fueron allí a cubrir tan asombroso logro se acercó a él con intención de entrevistarlo. Tras observar de cerca sus ojos hundidos, su rostro, el cual reflejaba mil penurias, y su total abatimiento, más cercano a una persona moribunda que a un coloso que acababa de estar en el techo del mundo, el periodista le preguntó.

-Mr. Hillary ¿Por qué subió hasta allí para morir?

Hillary lo miró sorprendido, y al momento se creó entre el gentío un silencio que clamaba a gritos una respuesta por parte del alpinista. Hillary se limitó a sonreír y contestó.

-Subí allí para vivir…

¿Qué motivo más grande puede haber para escalar una montaña que araña los cielos que para sentirse vivo?
Sir Edmund Hillary y Tenzing Norgay, unos de muchos, por que hay héroes en casi todas las partes del mundo. No se debe caer en comparaciones a la hora de medir sus proezas o sus logros, sino más bien recordar que, lejos de ser gigantes, son hombres imperfectos y falibles. Ahí esta su coraje, en su fragilidad. Saben que pueden caer, que pueden ceder, que el dolor puede hincar sus dientes en ellos, y no obstante, en lugar de escuchar los gritos de desanimo de los demás, solo se escuchan a si mismos. Convencidos de lograr lo que otros no son capaces de hacer. ¿Qué criterio, si es que se puede usar alguno, debemos emplear para juzgar si una persona es o no un héroe? A mi juicio, que dicha persona nos enseñe que solo existen las limitaciones que nosotros mismos aceptamos ¿no creen? Vénganse conmigo, nos vamos muy lejos para conocer a un gran hombre con mucho que enseñarnos, concretamente hasta Australia. Allí se celebra una competición para los atletas más preparados del mundo, la llamada Iron-man (hombre de acero). La competición consta de tres fases, a cada cual más dura, la primera es nadar 4km nada más despuntar el sol de la mañana, tras esto, una vez alcanzada la orilla, la segunda fase consta de un recorrido de 180km en bicicleta, con duras subidas y bajadas, y por ultimo, una maratón de 42,5km. Todo esto de forma ininterrumpida, enlazando una fase con otra, hasta concluir la competición. Los atletas más preparados consiguen completar este increíble triatlón en poco más de 8 horas. En esta dura prueba participó nuestro héroe, Dick Hoyt. Un tipo normal, como usted y como yo. No luce una brillante armadura, y no va por ahí montado en un noble corcel matando dragones. Olvídense del estereotipo de héroe que todos recreamos en nuestra cabeza al escuchar dicha palabra, Dick es un hombre del montón, con casa, coche, mujer e hijo. El hijo de Dick, Rick Hoyt, nació con una parálisis cerebral debido a una complicación en el parto, sin embargo, su padre le inculcó desde niño que su minusvalía solo lo seria si él lo permitía. Nuestro héroe, como todos los héroes, son hombres de acción más que de palabras, de la opinión de que el movimiento se demuestra andando. Tras un duro entrenamiento físico, y suponemos que un ardua preparación mental, se dijo a si mismo que pondría a prueba sus propias palabras, para demostrar a él y a su hijo, que lo imposible solo lo sigue siendo por miedo a no intentarlo. Dick se inscribió en la competición de los Iron-man junto a su hijo. Tenía 60 años por aquel entonces. Imaginen a los jueces o encargados de dirigir dicha prueba cuando aquel robusto anciano, llevando a su hijo minusválido en silla de ruedas, les comunicó su deseo de competir en la triatlón.
Ignoro si los responsables del evento le pusieron algún escollo al respecto, pero de hacerlo, Dick lo resolvió con palabras convincentes, asegurando que podría hacerlo tan bien como cualquier otro atleta.

Y por fin llegó el día. Esperando al pistoletazo de salida, Dick ignoraba por completo los cientos de ojos incrédulos que lo daban como perdedor antes siquiera de echar a andar la competición. Él estaba pendiente solo de los de su hijo, que miraban a su padre como quien a de mirar a dios, a aquél que todo lo puede. La prueba dio comienzo a primera hora de la mañana, y cientos de aguerridos atletas se lanzaron al agua, Dick no vaciló, cargó en brazos a su hijo en una balsa hinchable, y atándose un cabo al pecho, comenzó a nadar remolcando entre brazada y brazada a la embarcación. Tras terminar la primera fase y conseguir llegar a tierra, volvió a coger a su hijo en brazos y lo llevó hasta una bicicleta especial en la que poder llevarlo de nuevo. Más kilómetros que cruzar, reduciendo metro a metro, pedalada tras pedalada, la distancia entre lo imposible y él, a duras penas llegó al fin de la segunda fase. Llegados a este punto, ya le debería dar igual todo, ya no importaba el dolor punzante en todos los músculos, ni esa sensación de ahogo a cada nuevo paso dado. Una fase más, la ultima, y concluiría la competición. Su hijo fue colocado en una silla de ruedas especial, y de nuevo Dick echó a correr. Cruzó la meta después de 17 horas de esfuerzo titánico. No se que sentimiento le albergó, si lloró de alegría, si gritó de euforia, si se limitó a sonreír y a abrazar a su hijo. Dejémoslo en que, como Edmund Hillary, Dick alcanzó una cumbre para respirar desde la cima y sentirse vivo.
¿Es este hombre un héroe? Eso queda a su juicio, solamente pregúntese, tras concluir estas líneas, si después de conocer su historia ha aprendido usted algo.







Azhaag

3.09.2008

Relato: El rey y el ermitaño


De la revista Dojo nº 359 rescato este hermoso cuento de oriente, de la sección de filosofía, el cual no he podido evitar la tentación de versionarlo.
Dicha sección recoge todos aquellos cuentos milenarios de difusión oral que vienen del país del sol naciente, cada uno de ellos encierra una valiosa lección que empuja a la reflexión una vez concluida su lectura.
Este en concreto versa sobre la natulareza de la verdad y el camino hacia el conocimiento.
Dice así…

El rey y el ermitaño

Érase que se era en un país muy lejano… un rey que lo albergaba la tristeza y el desanimo, noche tras noche, sentado en su trono, reflexionaba cabizbajo sin ser capaz de encontrar la solución a su problema. Las noches se sucedían, y el pesar del rey crecía por momentos. Sus preguntas eran punzantes aguijones cuyo único alivio era una respuesta con la que nunca lograba dar. Desde su castillo veía como el mundo convulsionaba entre estertores de muerte, pues la guerra era la única cosa que contemplaba a través de sus ventanas
¿Por qué el mundo no puede ser mejor? ¿Por qué sus gentes no pueden ser buenas para con los demás? Preguntas sencillas en apariencia y complejas en su solución.
Cierto día, oyó hablar a uno de sus sirvientes de un hombre que vivía en la montaña, un ermitaño cuya fama se la había granjeado su increíble sabiduría y sus amplísimos conocimientos. Mandó a sus jinetes más veloces a que le trajeran a este hombre frente a él. Con él, con su ayuda, pensó, podré alcanzar una respuesta. El ermitaño, de aspecto andrajoso y vestido con sucias telas, se personó ante el rey.

-¿Qué desea su majestad?-preguntó.

-La gente habla de ti, dicen que no hay nadie más sabio que tú en todo lo que abarca mi reino –dijo el rey.

-La gente habla demasiado, majestad…

-Hablando de la gente… la pregunta que deseo hacerte les concierne a ellos ¿Qué he de hacer para que la gente sea mejor?- preguntó el rey.

El ermitaño no dudó y contestó de inmediato.

-El camino para alcanzar esa meta no esta regido por leyes, majestad. Es una cuestión de actitud y de aprendizaje, de sembrar y de practicar para poder llegar a la verdad superior, que nada tiene que ver con la mundana verdad. La verdad de la que os hablo esta solo al alcance de muy pocos –dijo el ermitaño.

El rey reflexiono en silencio.

-Se que puedo hacer para que la gente diga la verdad, lo puedo conseguir y sé como. Gracias por tu ayuda, puedes retirarte –declaro el rey.

El ermitaño se inclino ante el rey y se marcho de palacio.

A la mañana siguiente un emisario del rey dictó una nueva norma que regiría al reino, por la cual las puertas de acceso al reino quedarían cerradas, y todo aquel que desease entrar seria interrogado. Si los guardias averiguasen que dicha persona mentía, ese individuo seria ahorcado sin dilación. Solo podrían entrar aquellas personas que dijesen la verdad.
El ermitaño se hizo eco de la nueva norma impuesta por el soberano y pidió audiencia ante él.

-¿A que has venido de nuevo? –pregunto el rey.

-Voy camino del cadalso para ser ahorcado, majestad –contestó.

El rey palideció ante tal respuesta.

-No es verdad…

-Bueno, en tal caso, es mentira… he mentido. Debo ser ahorcado.

-Pero si te ahorcamos porque has mentido…lo que dices será cierto, y entonces te habremos ajusticiado por haber dicho la verdad.

-Así es majestad, es ahora cuando sabe lo que es la verdad, su verdad –sentenció el ermitaño.

Enseñanza: Afianzarse en perspectivas personales entorpece el camino hacia el conocimiento, pues como ya dijo Nietzsche, “toda convicción es una cárcel”.

Azhaag

3.07.2008

Música: Diary, de Alicia Keys

Bajó del cielo hace ya tiempo para regalarnos una canción. Creo recordar que fue “Fallin”, pero son de esas mujeres que uno no puede escuchar solo una vez, y menos hoy en día, con nuevo disco sacado y con un concierto que dio no hace demasiado, el cual fue impresionante. Si bien es cierto que en el infierno la compañía es más interesante, en el cielo la música es mejor. Si no me crees escucha este tema, “Diary”, de la preciosa Alicia Keys… todo un ángel.



Luego me llaman racista los cuatro empanados mentales cuando digo que la gente de color lleva el ritmo en la sangre. Basta con escuchar al coro, en concreto al hombre, que modula la voz como quien calibra un compás. Me basta oír una canción para saber el color de la piel de quien la canta, porque pese a quien pese, la palabra soul (que etimológicamente significa “alma”) se escribe en negro.

Azhaag

3.04.2008

Reflexiones y desvaríos de un loco muy cuerdo: V

No es que me haya peleado con ella, ni nada parecido. Aunque siempre ha habido cierto distanciamiento entre nosotros dos. Quizá si haya sido siempre yo el que ha dejado crecer la distancia entre los dos, pero es bien cierto que ella nunca ha puesto de su parte por reducirla.
Por lo que no creo que haya un culpable ¿no? Y si lo hay somos los dos…
Si me sincero contigo, siempre la he visto demasiado imponente, y tan cambiante como la marea. Eso quizá tienda a descolocarme un poco, uno nunca sabe como acercarse a ella. ¿Cómo estará hoy? ¿Será jovial y alegre en sus formas, regalándome esa sonrisa tan linda que tiene? O puede que tenga uno de esos días en que uno tiene que arrancarle las palabras, y casi darle un significado por lo vacuas que son estas.
Hoy el día esta gris, dice uno tras mirar al cielo, puedes ser que hoy este melancólica, o incluso furiosa, llena de palabras afiladas y blandiéndolas con habilidad, y de veras que me mata ver sus ojos apagados por la pena, o encendidos por la rabia.
Por eso a veces, dentro de mi propia ignorancia, por no saber llevarla, por no saber mecerla y tratarla, tiendo a rehuirla.
Pero cuando me alejo de ella, cuando pongo tierra entre los dos y ya no alcanzo a verla en la distancia, recurro a su recuerdo. No tiene sentido ¿verdad?

Pero da igual cuanto me aleje, siempre me cautiva con su canto de sirena, y yo, a diferencia de Ulises, no tengo a un grupo de lobos de mar para que me aten al mástil, por lo que acabo regresando a su lado…
Por que las palabras más bonitas que yo he oído nunca, se las he escuchado decir a ella.

-¿Como voy a enfadarme con ella? –le digo a la prosa –No puedo enfadarme con la poesía.

Azhaag

Cine: Beowulf, la leyenda (2007)

Prefiero mil veces la prosa de R. E Howard, el padre de Conan el Bárbaro y el mundo Hyborio, a la empalagosa atmósfera que puebla la tierra media de Tolkien.
Es por esto que, cuando fui al cine dispuesto a ver Beowulf: la leyenda, esperaba ver exactamente lo que vi.
A un héroe, al acero imperando sobre los monstruos, empuñado siempre con maestría y acierto en manos que no tiemblan ante ningún mal, a escuchar diálogos del todo poéticos y épicos.



Y que decir de la BSO, rescata los orígenes de los juglares y la tradición oral, intrínsecamente ligada a esa época que jamás existió, pero que sin embargo esta más cerca del oscuro medievo que de ninguna otra. Podemos deleitarnos con la bella canción que la reina canta tras llegar Beowulf al reino.



Aqui tenemos la canción original, interpretada por Idina Menzel.



Una película altamente recomendable, con un guión maduro y a la par entretenido, de esos que tendemos a recordar por que insiste en un género que hoy en día parece desubicado a causa de la tecnología. Una gran película.


Azhaag

3.01.2008

Perlas del celuloide #02
























Mejor Imposible (1997)

"-Puede que yo sea la unica persona sobre la faz de la tierra, que sepa que eres la mujer mas fantastica de la tierra, puede que yo sea el único que aprecie lo asombrosa que eres en cada una de las cosas que haces, y en como eres con Spencer, Spence, y en cada uno de los pensamientos que tienes, y en como dices lo que quieres decir y en como casi siempre quieres decir algo que tiene que ver con ser sincero y bueno, y creo que la mayoría de la gente se pierde eso de ti, y yo les observo preguntandome como pueden verte traer su comida y limpiar sus mesas y no captar que acaban de conocer a la mujer mas maravillosa que existe, y el hecho de que yo si lo capte me hace sentir bien, conmigo mismo.

-Puede que sea el mejor cumplido que me han dicho en mi vida..."

Azhaag

2.27.2008

Artículo: El pequeño dragón


“Vacía tu copa para que pueda ser llenada;
quédate sin nada para ganar la totalidad.”
Bruce Lee

La inmortalidad, más allá de la ilusión de vivir por siempre, no es una utopía, si en la práctica logramos perdurar en la memoria de la gente. Hay miles de personas que lo lograron por sus actos, ya sean heroicos o deleznables, por sus obras, por dejar constancia de sus ideas en forma de papel impreso, en forma de canción, con una actuación memorable en alguna película… son diversas las formas de lograr ser recordado. Y pocas cosas admiro más que eso, quizá palpite en mi interior cierta vena de megalómano ¿pero acaso no lo ansiamos todos?
Al menos aquellos que, como yo, creen que no hay más vida tras la vida, y que la única forma de perdurar más allá de esta es dejar una impronta en la gente. Que como me dispongo a hacer ahora, alguien escriba de mí pasados ya más de treinta años de mi muerte.
Pese a lo que piensa todo el mundo, era americano, nació un 27 de noviembre de 1940 en San francisco (California). Y recibió el nombre de Bruce Lee. Bruce nació en el año chino del dragón, y para más inri, a la hora del dragón, entre las 6 y las 8 de la mañana, ganándose ya desde su alumbramiento el sobrenombre de “el pequeño dragón”.
Su biografía es compleja y rica en matices, ya desde su infancia fue actor, apareciendo en multitud de películas de bajo presupuesto. Se licenció en filosofía en la universidad de Seattle, donde conocería a su esposa Linda Lee. Protagonizó un total de cuatro películas que arrasaron en Hollywood antes de fallecer por una extraña alergia a cierto medicamento que le acarreó la muerte el 20 de julio de 1973.

Hasta ahí los 32 años de vida de este hombre escritos de memoria y a vuela pluma, pero en este artículo me quiero centrar en una cosa en concreto de las muchísimas que hizo Bruce, pues apenas viviendo 32 años, todo sea dicho, cuentan que apenas dormía unas pocas horas cada noche, aprovechó su vida hasta al limite. .
Podría llenar folios alabando su trayectoria en el cine, la cual le granjeó la fama de súper estrella en Hollywood, pese a la discriminación racial que había en aquella época, ya que aunque era americano, a ojos de los cineastas no dejaba de ser un chino más.

Podría disfrutar como un enano escribiendo sobre su influencia en el mundo de las artes marciales, su forma de enfocarlas, el estricto entrenamiento al que se sometía y con el que alcanzó un físico y unas aptitudes que rallaban la perfección, pero considero que el campo que más podrá interesar al lector, a ti, es el de su filosofía, la cual, pese a estar ligada de forma intrínseca a las artes marciales, puede ser entendida, y espero que admirada, para el no practicante de cualquier disciplina marcial.

Según palabras del propio Bruce, él se consideraba en primer lugar un artista marcial, y en segundo, un actor de cine. Consagró su vida al estudio de las artes marciales y a llevar a su cuerpo y a sus aptitudes como luchador al límite. Según sus propios cuadernos de entrenamiento, en los cuales anotaba pormenorizadamente todo detalle concerniente al entrenamiento, sus rutinas comprendían un total de 8 horas de ejercicio diarias. Cierto día, debido a un precalentamiento demasiado precario, se lesionó el nervio sacro. Los médicos fueron tajantes, debía reposar unos meses en la cama para llegar a recuperarse, pues la lesión era grave. Imaginen lo que supuso para alguien como Bruce, todo un manojo de nervios, el plantearse si quiera el estar inactivo, tumbado en la cama y sin poder moverse, por espacio de muchos meses. Suponemos, y acertamos de lleno, que fue un duro trago para él. Sin embargo, como ya hemos dicho, Bruce no perdía el tiempo ni siquiera al verse postrado en la cama. Era un asiduo lector antes de dicha lesión, recordemos que se licenció en filosofía, pero al estar impedido, dicha afición por la letra impresa cobró más virulencia que nunca. Comenzó a devorar libros y a llenarlos de anotaciones a pie de pagina, a transcribir en sus notas aquellos párrafos, que a su parecer, brillaban con luz propia, tenían sentido incluso independientemente de la obra a la que pertenecían. Leyó a Alan Watts (1915-1973), filósofo ingles que había estudiado la filosofía y cultura oriental, convirtiéndose en una especie de puente cultural entre el pensamiento oriental y el occidental. Por sus manos pasaron también las enseñanzas de Lao Tzu y Chiang-tzu, las de Johann Wolfgang von Goethe, Kahlil Gibran, Fritz Perls, y en especial la filosofía de Krishnamurti… tardaríamos menos enumerando aquellos autores que no leyó.

Una de las fotos que tengo grabadas a fuego en mi cabeza, la cual creo recordar que la vi por primera vez en la revista Dojo, publicación especializada en artes marciales, era una en la que salía Bruce sentado bajo la luz de una lamparita con un libro en las manos, y en su espalda, una monstruosa biblioteca a rebosar de libros. En el pie de pagina ponía que su biblioteca personal rondaba los 2000 volúmenes.
Fue cuando dejé de verlo como el guerrero, y comencé a intuirlo como el pupilo.
La idea ya le rondaba por la cabeza antes de sufrir la lesión, pero el tiempo de meditación que esta le concedió (se recuperó ante todo pronostico en poco más de 3 meses), hizo que asentara la base de su filosofía, la cual chocaría con todo lo que tenia como cierto hasta la fecha.

Un buen símil, el cual tiendo a usar para establecer una comparación, es el de valerme de la figura de Martín Lutero, para referirme a lo que llevó a la practica Bruce. Que fue toda una reforma de lo establecido desde hace siglos en el campo de las artes marciales.
Las artes marciales comprenden infinidad de estilos, y aun hoy algunos tienen cierto hermetismo, Bruce se propuso, y en parte lo logró, arrojar luz sobre todo este asunto. Romper con todo lo establecido. Para él no existía una forma correcta de responder a determinado ataque u ofensa, pues toda acción es distinta y cambiante según las circunstancias. No había una forma definitiva, ya fuese la empleada por el karateka o el judoka, de responder ante una agresión. Es decir, que el estilo no limitase la acción.
“No tener ningún camino como camino, no tener ninguna limitación como limitación", recogía una de sus sentencias.

Pretendía librar a la lucha de todo aquello ornamental e innecesario. Valiéndose de las enseñanzas de Krishnamurti, llegó a la conclusión de que el concepto de aprender no era un proceso acumulativo, sino más bien de eliminar aquello no esencial, como el escultor que en lugar de añadir barro a la estatua, retira aquello no necesario para alcanzar la belleza de esta. Según palabras del propio Bruce, “ten el no-camino como camino”. Defendía ante todo el principio de la simplicidad a la hora de entablar combate usando la analogía del agua. En una entrevista televisiva concedida en el programa canadiense de Pierre Berton, el 9 de diciembre de 1971, declaraba con su acostumbrada elegancia poética lo siguiente:

"No te establezcas en una forma, adáptala, y construye la tuya propia, déjala crecer… sé como el agua. Vacía tu mente, se amorfo, moldeada… como el agua. Si pones agua en una taza se convierte en la taza. Si pones agua en una botella se convierte en la botella. Si la pones en una tetera se convierte en la tetera. El agua puede fluir o puede chocar, no tengas forma ni filo. Sé como el agua, amigo mío".

Y es que como todo arte, la naturalidad, la simplicidad, el preguntarte, como se preguntaba él, ¿cual es la manera de lograr expresarme como soy?, era lo imperante y necesario de alcanzar, más allá del adoctrinaje que encasillaba y basaba todo su potencial en lo ornamental de movimientos y poses que fallaban ante la naturalidad y lo imprevisible de una contienda real.

Teniendo en cuenta esto, y tras un duro análisis de mejora constante, Bruce acuñó su propio arte marcial, aunque como él dijo, “odié tener que darle un nombre”, pues esto venia a ser en parte encasillarlo, el Jeet Kune Do, en Cantonés, “El camino del puño que intercepta”.
Un método de combate totalmente trasgresor, sin posturas definidas y restrictivas, el cual bebía de las fuentes de la simplicidad y la naturalidad, logrando ser capaz de adaptarse a una situación no definida, totalmente imprevisible. Solía hacer referencia también al principio taoísta del Wu Wei, o axioma de la acción natural no forzada. Como su nombre indica, el arte de Bruce basaba todo su potencial en la anticipación y en el uso correcto de las fuerzas, tanto propias, como del contrario. Bruce, durante su convalecencia, estudio al detalle distintas artes marciales, como el boxeo, el kárate, la lucha grecorromana, el esgrima etc etc, e hizo una criba, eliminando sin dudar aquello innecesario, y quedándose con lo totalmente efectivo, así fue como surgió su arte.

Lo expresado en este articulo, sin duda de forma breve y tosca a causa de la admiración que proceso a su figura, solo es la punta del iceberg. La filosofía de Bruce va más allá de la aplicable al artista marcial. En vida escribió como un verdadero poseso, dejando su opinión sobre diversos temas, tales como la concepción del mundo, la identidad que el individuo tiene sobre si mismo… demasiado para recogerlo todo en un abreviado articulo. Mi intención era la de hacer un ligero acercamiento al pensamiento profundo y sumamente interesante del que hacia gala Bruce, el filosofo, el hombre, dejando a un lado al artista marcial y a la estrella de cine.

Me gustaría acabar con una de sus citas, una empleada en un capitulo de la longeva serie de televisión Longstreet (1970), donde Bruce aparecía como artista invitado en el episodio piloto.
En ella hace el papel de Li, un desconocido que por circunstancias salva al protagonista, el detective privado Mike Longstreet, del ataque de varios asesinos. Mike, sumamente impresionado por la intervención de Li, le pide por favor que le enseñe a luchar como él. En el diálogo siguiente, Bruce, que de alguna forma se interpretaba realmente a si mismo en ese episodio, expresa los axiomas básicos de su filosofía: el autoconocimiento y la evolución más allá de cualquier norma y sistema establecido.
A continuación transcribo el diálogo del que os hablo.

Mike: Estoy deseando vaciar mi taza para saborear tu té…

Li (Bruce Lee): Tienes la mente abierta, lo cual esta muy bien, pero eso no cambia nada. Yo no creo en sistemas, Sr. Longstreet, ni en métodos. Y sin sistemas, sin métodos ¿qué queda por enseñar?

Mike: Pero usted tuvo que aprender en algún momento. No nació sabiendo como presentar batalla y vencer a tres hombres usted solo (Mike se refiere a los atacantes de los que le salvó Li).

Li: Cierto, pero encontré la causa de mi ignorancia. No puedo enseñarte nada, solo ayudarte a que te conozcas a ti mismo…

Azhaag