La
noche se quebraba entre truenos y devastación, el repiqueteo
constante de la lluvia en la ventana era el alarido incesante de
aquella madrugada. Sobre la mesa, botellas volcadas derramando su
vacío, en el aire vapores etílicos enturbiando la atmósfera y
haciendo temblar la luz de las velas. El hombre, con las manos en la
cabeza y los dedos perdidos entre su pelo enmarañado, miraba absorto
la hoja en blanco ante él. Aquella hoja era el limbo por el cual
deambulaba noche tras noche. Las palabras no acudían, todo era
silencio en su cabeza. Se levanto en un exceso de ira incontenible,
rompiendo todo en su camino, y dirigió sus tambaleantes pasos hacia
el sótano. Allá abajo se percibían el repiqueteo de cadenas y de
respiraciones entrecortadas por el miedo. Ante él había una decena
de mujeres desnudas y atadas a la fría roca con grilletes. Unas lo
miraban con un pánico mudo, otras gritaban con los ojos cerrados. Se
acercó a la mas delicada, agarrándola del cuello, y de entre su
pérfido aliento surgió una pregunta:
-¿Tu
tampoco vas a decirme nada esta noche?
Azhaag
4 comentarios:
Inquietante micro relato... con ese guiño siniestro a las musas.
Me alegra ver que vuelves a la carga! ;)
Buenas madrugadas, Luis ¿te ha gustado? He de confesarte que este escrito lleva un tiempo ya en mi carpeta. No lo he escrito recientemente... con el trato de volver a empujarme a escribir. Estoy trabajando en una nueva idea que llevare a cabo mañana mismo, es una idea nueva que ya te comentare mas detenidamente, a ver que opinión te merece.
Un saludo, Luis.
Azhaag
Sí me ha gustado, sí, porque es sintético pero al mismo tiempo te hace imaginar la historia "detrás", y el otro sentido simbólico con las musas... dos en uno ;)
A la espera quedo de leer esa idea. Tendrás mi opinión, no lo dudes.
Saludos, Rubén!
Me ha gustado mucho el microrelato.. no tenia idea de estas cosas te hace pensar y en estos tiempos es lo que necesitas
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