1.13.2010

Cine: Corto "Alma", de Rodrigo Blaas

Porque lo establecido como una verdad absoluta a fuerza de repetirse mil veces en el acerbo popular jamás le he dado cabida en mi cabeza, uno de los aforismos más denostados por servidor viene a ser aquella frase que le susurra el eyaculador precoz a su amante insatisfecha: “Cariño, lo bueno, si breve, dos veces bueno…”. Encuentro del todo paupérrima la supuesta lógica que entraña este sinsentido. Es por ello que de los elaborados Haikus japoneses, o de los microrelatos más logrados, o de los versos cuya calidad es inversamente proporcional a su extensión, tiendo a valorar únicamente su compleja manufactura. Que pese a ser un parto breve y rápido en apariencia, su gestación es larga y compleja. Otra expresión artística breve y concisa en su anatomía son los cortos de cine. Pulidos como una piedra devuelta por el mar, completos como una duna siempre erosionada por el viento, eternos como el mejor de los instantes… pero joder, cortos, muy muy cortos.

























Este joya cinéfila, insisto, joya diminuta, de Rodrigo Blaas ha arrasado, siendo premiada en más de cinco ocasiones con los más variados y distinguidos premios. Una historia inquietante y poética, hermosa y macabra; no se la pierdan.




Alma from Rodrigo Blaas on Vimeo.




Azhaag

2 comentarios:

Hibris. dijo...

El relato corto, así como los cortometrajes fueron denostados durante mucho tiempo, y aún ahora hay quien los desprecia frente a los grandes volúmenes y a los extensos filmes. La cuestión no es el número de páginas que ocupa o los minutos que trancurren hasta su fin, sino la calidad de lo que se muestra. Puedo aborrecer tanto un volumen de quinientas páginas, como a un relato de unas líneas; lo mismo ocurre con el cine, hay auténticas obras maestras condensadas en unos minutos. Es el caso de este cortometraje, está realmente bien.

Y por cierto...muy buena tu introducción al mismo.

Un beso,

Hibris

Anónimo dijo...

Jaja, yo tengo una tía que de pequeña les tenía fobia a las muñecas de procelana porque intuía k estaban vivas.

Por cierto, ¿dé dónde sacas esas preciosidades?


Como siempre, un placer.

Firmado: tu asesora de compras.