11.27.2007

Microrelato: La lección más importante


El joven alzó la cabeza y fue a decir algo, pero en cuestión de un segundo, el sabio lo calló con un gesto severo de su mano.

-Ssssssssh… guarda silencio ¿Es que no lo oyes?

El joven contuvo hasta la respiración, y miró en derredor buscando aquello que su maestro le increpaba por no oír.

-No oigo nada, maestro –reconoció el joven.

-Necio… guarda silencio hasta que alcances a oírlo –le ordenó.

Y el joven aun sigue en silencio sobre la roca que desde hace años le sirve de trono. Su barba y sus cabellos han crecido, sus ropas se han degradado a roñosos harapos.
Ha soportado impasible las más feroces tormentas y los vientos más huracanados, los miles de soles que ha visto salir han llegado a derretir su sombra, y la luna de cada noche lo mira con curiosidad, pues aun yace sentado, a la espera de alcanzar a escuchar todo cuanto tiene que decirle el mundo.

Azhaag

3 comentarios:

Miguel dijo...

Se levantará para comer, digo yo... además dices que sus ropajes están hechos jirones, madre mía; pues sí que se tomó a pecho las palabras de su mentor.

:D

Azhaag dijo...

Era un alumno aplicado...
Un saludo.

Azhaag

Hibris. dijo...

Que chulo. Lo bueno si breve...ya sabes.

nameless, las parábolas no se toman al pie de la letra.

Un beso.

Hibris