Ya me pasó con Kipling y ahora me ocurre con Cortázar. Hace no mucho descubrimos que los creativos de publicidad se valieron de un poema de Kipling para maravillar al mundo con un genial spot publicitario, pues bien, otro anuncio televisivo que tiene como protagonista un reloj y un coche vuelven a tener su origen en la prosa de otro de los grandes, de Julio Cortázar.
Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan —no lo saben, lo terrible es que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.
El spot publicitario en cuestión:
Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan —no lo saben, lo terrible es que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.
El spot publicitario en cuestión:
Los creativos de publicidad son cualquier cosa menos creativos según se ve… Esta claro que son del parecer de que la originalidad muere ahogada inmersa en el basto océano de lo ya creado.
Triste, muy triste…
Azhaag
4 comentarios:
...y a falta de originalidad, es un gusto que utilicen lo ya creado de esta forma. Ojalá mucho de los absurdos, ridículos y vergonzosos anuncios que por ahí pululan emplearan una pizca de la cultura que atesoramos.
Bonita entrada, me encanta Cortázar.
Un beso.
Hibris
Si por lo menos lo citaran... podríamos pensar que se trata deun homenaje.
Una lástima.
¡TORZÁMOSLE EL CUELLO AL CISNE!
La verdad es que me parece triste, no creo que le gustase que utilizasen estas palabras para un anuncio de una serie de automóviles.
Hola, he leído muchos cuentos de Cortazar, no conocía el citado. Al revisar los otros comentarios comparto algunas de sus impresiones. Por un lado me parece interesante que parte de una obra valiosa no quede en un libro en algún rincón de cualquier biblioteca llenándose de polvo de quien sabe cuantos años no ha sido ojeado. También llevar a la imagen un texto tiene un valor que se podría ver como un esfuerzo por darle movimiento a las letras. El spot no me parece de mal gusto.
Y la otra parte es la que tal vez falta, la de los créditos, ¿cuántos se enteran que este video está realizado sobre la inspiración de Julio Cortazar?
Si yo tuviera que elegir, prefiero que la obra fluya y este viva, presente, que se reinterprete, que se experimente con ella, es mejor a que este archivada en el anonimato.
Yo tengo este sentimiento porque compongo música para niños, he grabado 4 CD y están en un cajón, solos, sin que nadie les escuche.
No estará a la altura de la creación de Cortazar, sin embargo en los medios ves y escuchas cada cosa que da verguenza. No logro entender como llegan a esos lugares. Yo nunca he podido llegar.
Te felicito por el descubrimiento.
Gilberto
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