12.05.2007

Poesía: Rudjard Kipling



El librito es endeble, con un nervio famélico que sostiene unas menguadas 20 páginas pequeñitas, venía como parte de una colección de relatos y poesías que regalaban con el periódico. La portada de lo simple que es llega a resultar incluso vulgar, unas letras negras sobre un fondo completamente blanco. En él se puede leer, “Rudyard Kipling, selección de poemas y cuentos”. Simple, muy simple. Pero no por ello lo he retirado de mi biblioteca, pues por una razon que hasta hace cosa de unas semanas había olvidado por completo, se merecía estar donde está, rodeado de colosos y gigantes de profusas paginas y robustas encuadernaciones, al lado de ellos parece todo un alfeñique.
A veces pasa, sabemos que hemos leído algo, sabemos que lo escuchado nos suena. Que no es la primera vez que lo oímos, pero sin embargo, el constante bullir de información que tenemos en la cabeza nos impide dar con el lugar de origen del escrito en cuestión. Es entonces cuando miramos a aquellos viejos libros, los menguados y famélicos, pidiéndoles por favor que nos indiquen la pagina en la que se encuentra ese texto en cuestión. Unas veces ceden, otras les puede el orgullo y los muy hijos de Gutenberg se callan. Este habló… y de buena gana, orgulloso de volver a abrirse delante de mi napia y mostrarme aquello que andaba buscando.
Estoy convencido de que el poema que os pongo a continuación os sonara, de momento os dejo con él.

Si

Si guardas en tu puesto, la cabeza tranquila,
cuando todo a tu lado es cabeza perdida.
Si tienes en ti mismo una fe que te niegan
y no desprecias nunca, las dudas que ellos tengan.


Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera.
Si engañado, no engañas,
Si no buscas más odio, que el odio que te tengan...


Si eres bueno y no finges ser mejor de lo que eres,
Si al hablar no exageras lo que sabes y quieres.
Si sueñas, y los sueños no te hacen su esclavo.
Si piensas y rechazas lo que piensas en vano.


Si tropiezas el triunfo, si llega tu derrota,
y a los dos impostores les tratas de igual forma.
Si logras que se sepa la verdad que has hablado,
a pesar del sofismo del orbe encanallado.


Si vuelves al comienzo de la obra perdida,
aunque esta obra sea la de toda tu vida.
Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría,
tus ganancias de siempre, a la suerte de un día,
y pierdes, y te lanzas de nuevo a la pelea,
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era.


Si logras que tus nervios y el corazón te asistan,
aun después de su fuga, de tu cuerpo en fatiga,
y se agarren contigo cuando no quede nada,
porque tú lo deseas y lo quieres, y mandas.


Si hablas con el pueblo y guardas tu virtud.
Si marchas junto a reyes con tu paso y tu luz.
Si nadie que te hiera, llegue a hacerte la herida,
Si todos te reclaman y ninguno te precisa.


Si llenas un minuto envidiable y cierto,
de sesenta segundos que te lleven al cielo....
Todo lo de esta tierra, será de tu dominio,
y mucho mas aún,
serás hombre, hijo mío.

Rudyard Kipling

Se ha convertido ¿por meritos propios?, más bien por meritos ajenos, en un gran anuncio que embellece de vez en cuando el resto de publicidad insulsa que rebosa la televisión. El spot en cuestión es este.






Azhaag

1 comentario:

Hibris. dijo...

Con esta entrada me recuerdas que tengo un libro (chiquitín también) de este autor olvidado en la estantería, todavía no lo he leído. Y el anuncio ni me sonaba... Lástima, pues es todo un lujo que se pueda disfrutar, dentro de lo posible, de la publicidad, sin escuchar las típicas, aburridas y patéticas frases de: "Con **** su camisa como nueva!" o..."¿a qué huelen las nubes?" o..."¡No lo dude! **** le hará la vida más fácil." Todo ello acompañado de escenas forzadiiisimas que sólo y exclusivamente se pueden ver en dichos anuncios.

En fin...que muy buena entrada Rubén, gracias a ti las páginas de un libro cobrarán vida al fin.

Por cierto...muy bien entroducido el poema y el anuncio, si señor.


Hibris