3.04.2008

Reflexiones y desvaríos de un loco muy cuerdo: V

No es que me haya peleado con ella, ni nada parecido. Aunque siempre ha habido cierto distanciamiento entre nosotros dos. Quizá si haya sido siempre yo el que ha dejado crecer la distancia entre los dos, pero es bien cierto que ella nunca ha puesto de su parte por reducirla.
Por lo que no creo que haya un culpable ¿no? Y si lo hay somos los dos…
Si me sincero contigo, siempre la he visto demasiado imponente, y tan cambiante como la marea. Eso quizá tienda a descolocarme un poco, uno nunca sabe como acercarse a ella. ¿Cómo estará hoy? ¿Será jovial y alegre en sus formas, regalándome esa sonrisa tan linda que tiene? O puede que tenga uno de esos días en que uno tiene que arrancarle las palabras, y casi darle un significado por lo vacuas que son estas.
Hoy el día esta gris, dice uno tras mirar al cielo, puedes ser que hoy este melancólica, o incluso furiosa, llena de palabras afiladas y blandiéndolas con habilidad, y de veras que me mata ver sus ojos apagados por la pena, o encendidos por la rabia.
Por eso a veces, dentro de mi propia ignorancia, por no saber llevarla, por no saber mecerla y tratarla, tiendo a rehuirla.
Pero cuando me alejo de ella, cuando pongo tierra entre los dos y ya no alcanzo a verla en la distancia, recurro a su recuerdo. No tiene sentido ¿verdad?

Pero da igual cuanto me aleje, siempre me cautiva con su canto de sirena, y yo, a diferencia de Ulises, no tengo a un grupo de lobos de mar para que me aten al mástil, por lo que acabo regresando a su lado…
Por que las palabras más bonitas que yo he oído nunca, se las he escuchado decir a ella.

-¿Como voy a enfadarme con ella? –le digo a la prosa –No puedo enfadarme con la poesía.

Azhaag

1 comentario:

Hibris. dijo...

Vaya, qué original la idea, me ha gustado. :D

Un beso.
Hibris